Un viaje de color:

Desde Arica hasta Punta Arenas, trabajadores, participantes de los programas, voluntarios, se lanzaron a representar la huella de la fundación en los distintos territorios. ¿El resultado? Hasta ahora 81 murales que reflejan historias locales y la esencia de una obra que, durante décadas, ha sido sinónimo de dignidad y esperanza para los más vulnerables.

Por Matías Concha P.

30 Diciembre 2024 a las 17:11

“Un regalo hecho por ustedes”. Así describe Solange Veloso, directora nacional de operación social del Hogar de Cristo, los 81 murales que se levantaron a lo largo del país (y puede que el entusiasmo sume algunos otros). Cada uno es un testimonio de arraigo y colaboración, reflejando cómo la organización fundada por Alberto Hurtado ha dejado huella en los territorios, desde el desierto hasta la Patagonia.  –

–¿Cómo se les ocurrió la idea?

–Nació en conversaciones con los equipos. Queríamos conmemorar estas ocho décadas de trabajo, y alguien propuso pintar 80 murales. Al principio parecía un desafío enorme, pero la idea prendió rápidamente. Hoy tenemos no 80, sino 81, que son el resultado del cariño y la creatividad de muchas personas.

80 murales para celebrar 80 años. Un participante de la Hospedería de Calama.

El muralista, Luis Henríquez Rojas, conocido como Mico, ha sido una figura central en la creación de estos murales. Su relación con el Hogar de Cristo se remonta a varios años atrás, cuando comenzó a colaborar en la realización de diversas obras, principalmente murales, en residencias, jardines infantiles y en la casa matriz de Estación Central, en Santiago. Para él, estos murales “no son solo paisajes, son reflejos de una comunidad que, brocha en mano, se une para contar su historia”, explica el artista.

80 murales para celebrar 80 años. Mico trazando el primer mural, el que daría vida a un detallado tutorial. Hoy se puede visitar en la casa matriz del Hogar de Cristo.

Para concretar esta obra monumental, que integra programas sociales del Hogar de Cristo a lo largo de todo Chile, Mico detalló el proceso en un video tutorial, explicando cómo preparar superficies, aplicar colores y coordinar el trabajo en equipo. “Quise que fuera accesible para todos y motivara incluso a quienes nunca han pintado a ser parte de esta obra”, afirma el muralista.

80 murales para celebrar 80 años

DEL DESIERTO AL SUR PROFUNDO

A lo largo del año, trabajadores, participantes, voluntarios y vecinos del Hogar de Cristo en todo el país dieron vida a sus propios murales, siguiendo solamente un manual de apoyo, tres bocetos y el video tutorial preparado por Mico. Sin embargo, para destacar los extremos del país y trabajar directamente en lugares emblemáticos, se decidió que él mismo viajara a Calama, Coyhaique y Puerto Aysén, donde acompañó de cerca el trabajo de estas comunidades.

80 murales para celebrar 80 años

En Calama, bajo el implacable sol del desierto, el equipo trabajó en la Parroquia Nuestra Señora de la Merced. “Este mural es un aporte para la comunidad, un espacio de expresión que de la mano de Mico, nos ayudó a expresar lo que más orgullo nos provoca de vivir en Calama”, comenta Leonel Rodríguez, jefe de operación social territorial en la zona.

80 murales para celebrar 80 años

El muro, preparado con cariño por Claudio, Manuel y Arturo, participantes de la Hospedería de Hogar de Cristo, estaba listo para transformarse en arte. Pero antes de comenzar a pintar, el equipo se planteó preguntas clave para dar sentido al diseño: ¿Qué representa a nuestra tierra? ¿Qué queremos reflejar? Y, las respuestas no tardaron en llegar: un minero, una barra de cobre, la emblemática Iglesia de Chiu Chiu, llamas, cóndores y el icónico melón “calameño”.

80 murales para celebrar 80 años

“Fue en esos momentos cuando las historias más potentes salieron a la luz”, revela Francisca López Arias, jefa nacional de espiritualidad del Hogar de Cristo, quien participó activamente en la coordinación de estos murales.

–¿Qué historia te impactó?

–La de Claudio Barrios, conocido como “Chalito”. Él es usuario de la Hospedería de Calama y participó activamente en el mural. No sólo pintando, sino también compartiendo su visión sobre lo que significa ser parte del Hogar de Cristo. Me conmovió escuchar cómo describía al mural como un puente entre generaciones, algo que conecta a la comunidad y refuerza su espiritualidad. Dijo algo muy especial: ‘Aquí no hay diferencia entre países, Bolivia, Chile, porque esto nos une en lo que es el señor y lo que queremos dejar para los que vienen después’.

El segundo mural, pintado en la Hospedería de Calama, presentó un reto adicional: integrar mosaicos, como el logo del Hogar de Cristo y la icónica camioneta de Alberto Hurtado. Durante el proceso, trabajadores y vecinos compartieron reflexiones que inspiraron el mensaje central del mural: “La vida está por empezar”. La frase, propuesta en un momento de introspección que incluyó una canción de la cantante colombiana Marta Gómez, encapsuló las esperanzas y sueños de la comunidad.

80 murales para celebrar 80 años. Francisca López, Mico y el jefe de operación social de Calama, Leonel Rodríguez.

“Fue lindo ver como los participante, no solo pintaban; en cada trazo había historias y reflexiones. En Calama, incluso aprendimos detalles curiosos, como que el melón ‘calameño’ no lleva ese nombre por cultivarse en la zona, sino por las grietas que el sol deja en su piel. Esos momentos le dieron un carácter muy humano y auténtico al proceso”, comenta Francisca.

EL MURAL MÁS EXTREMO DEL MUNDO

En Coyhaique, el mural comenzó a tomar forma sobre un muro liso y blanqueado. La comunidad decidió plasmar en él su esencia local: el cerro Mackay, un gaucho y una gaucha, un huemul, un mate y la emblemática Piedra del Indio. Días después, el viaje continuó hacia Puerto Aysén, donde el puente Presidente Ibáñez, los cerros Marchant y Cordón, y el Martín Pescador tomaron protagonismo en el diseño. La obra finalizó con la frase: “San Alberto, iniciaste tu obra de hacer el bien floreciendo en Puerto Aysén”.

80 murales para celebrar 80 años

“Sin duda, son los murales más australes que he pintado”, comenta el muralista  Mico. “La idea siempre fue que la obra la hicieran ellos. Yo fui más bien una guía, un impulsor, un gestor. Pero, en definitiva fueran ellos mismos, funcionarios y usuarios, los que hicieran gran parte de la obra, y así se hizo. Quedé muy contento con el resultado, muy emocionado”.

80 años y 80 murales en todo Chile. Aquí el equipo de Coyhaique, liderado por Leonardo González, con el muralista Mico celebrando el trabajo realizado.

–¿Qué conclusión te llevas del proyecto?

–Que hay mucha pertinencia local, que existen diálogos culturales con lo que ocurre en cada región. Un mensaje común que habla de un Estado adverso, pero que acompaña a niños, jóvenes, adultos mayores y personas en situación de discapacidad, pobreza o aislamiento. Eso es fundamental, y lo reflejamos con colores y aportes locales que hacen sentido a la comunidad. Es un mensaje transversal, nacional, pero que recoge las particularidades de cada territorio. A quienes pintaron con nosotros les resonó profundamente este movimiento que está en todo Chile.