Juan Cristóbal Romero. Director ejecutivo del Hogar de Cristo
7 Enero 2019 a las
15:28
SEÑOR DIRECTOR
Durante noviembre asistimos a una intensa discusión política, cuando en la Cámara Baja primero se rechazó la propuesta de financiamiento del gobierno para las residencias de protección a cargo de los organismos colaboradores del Sename, la que finalmente se aprobó y pasó a trámite definitivo en el Senado (“ley corta”), donde de nuevo se pone en riesgo el futuro de los 5.620 niños.
Lo que hoy se discute es urgente. Se trata de posibilitar el aumento en $96 mil mensuales de la actual subvención promedio de un niño en una residencia, que es de $388 mil mensuales y no alcanza cubrir ni el 50% de los costos reales de su mantención y cuidado.
Los “niños Sename” requieren de intervenciones especializadas: sicológicas, siquiátricas, educativas y sociales, de reparación de daños profundos, y hoy no se les quiere dar ni “el desde”, exigiéndoles a los organismos colaboradores estándares de calidad imposibles de alcanzar con el monto de la subvención actual.
En 2017 cerraron 17 residencias colaboradoras. Durante 2018, otras 4. ¿Qué ha pasado con los niños que atendían? ¿Dónde están congelados, mientras se hacen las reformas estructurales?
Como Hogar de Cristo pedimos ser consecuentes con el compromiso de poner a los niños vulnerados primero, aprobando “la ley corta”, que busca resolver la urgencia, y trabajar en serio la ley de garantías de derechos de la infancia que permita hacer los cambios sustantivos para llegar a contar con residencias de real protección con altos estándares de calidad.