Paulina Andrés, directora de Comunidad del Hogar de Cristo/ Publicada en La Segunda
30 Diciembre 2021 a las
21:51
El virus del COVID-19 en todas sus nefastas derivadas ha debilitado también la solidaridad y las acciones de voluntariado este año. Esa es la gran conclusión de la décimo tercera versión de la Encuesta Nacional de Voluntariado y Solidaridad 2021 que anualmente desarrolla Fundación Trascender y que cuenta con la ayuda técnica de Criteria.
Un resultado interesante es que la generosidad que mueve a hacer algo por otros cayó 10 puntos porcentuales este año respecto de los anteriores en que llegaba a un 32% de participación de la ciudadanía en este tipo de actividades y había ido aumentado año a año. Lo más llamativo es que en 2020, cuando padecimos quizás los momentos más cruentos de la pandemia, el descenso no fue tan bajo como el de este año.
Los que saben del tema afirman que los chilenos estamos formados para reaccionar frente a tragedias y desastres naturales, que somos campeones para sumarnos a campañas de reconstrucción post tsunamis, terremotos, erupciones volcánicas y toda suerte de fenómenos telúricos. Esos a los que Neruda graficó notablemente con la metáfora de “un caballo iracundo que patea el planeta y escoge la patria delgada, en la orilla del páramo andino” para causar destrozos.
El COVID no es un caballo iracundo, es un virus subrepticio, invisible, que recién aterrizado en Chile movilizó la solidaridad mediante ollas comunes y comedores comunitarios como respuesta a la lenta reacción del gobierno cuando el hambre comenzó a arreciar entre las poblaciones más vulnerables. Hogar de Cristo, a través de Acción Solidaria, se hizo parte de diferentes campañas; una muy masiva fue “Chile Comparte”, pero la rutina y la larga emergencia sanitaria, así como las ayudas económicas y los retiros de fondos previsionales, fueron restando energía a esas iniciativas que se organizaron inicialmente.
TRASCENDER
Este 2021, vimos menos de eso, y tal como muestra la encuesta de Trascender, los que donaron tiempo y dinero a otros más desventajados se la jugaron por causas vinculadas al COVID-19 y, en segundo lugar, por las que tienen que ver con el cuidado del medio ambiente, dando cuenta de las sensibilidades actuales, esas que todos quieren ver recogidas en la nueva carta magna y que están siendo recogidas a través de una plataforma digital diseñada para ese efecto.
Por eso mismo, la consulta de Trascender, incluyó un apartado en esta esta versión con preguntas sobre cuán informada está la ciudadanía respecto del proceso constitucional.
Los resultados son estimulantes: el 85% de los encuestados cree que las Organizaciones de la Sociedad Civil debiesen ser parte del diálogo entre ciudadanía y Convención Constitucional, porque “están en los territorios y entienden las demandas sociales” (66%). Otras razones: “porque son las instituciones que mejor representan a la ciudadanía” (39%), “porque tienen mayor credibilidad” (17%) y “porque confío en ellas” (10%).
Un espaldarazo para todas las organizaciones que, como nosotros, catalizamos y canalizamos la solidaridad, tanto de tiempo como dinero para apoyar a los más desventajados, grupos a los que estamos convencidos debiese dárseles estatus constitucional de especial protección, como han hecho constituciones modernas en distintos países.
La solidaridad no es caridad, menos el voluntariado. Y debemos reactivarla para que vuelva a gozar de buena salud.