Como nunca antes el tema de la exclusión educativa ha cobrado fuerza. Por todos lados aparecen los datos que en Súmate conocemos tan bien. En Chile, 227 mil niños, niñas y jóvenes están fuera del sistema escolar y, entre 2021 y 2022, 50 mil matriculados no asistieron a clases.
Un reciente muy buen reportaje en La Tercera detalló con crudeza, en un recorrido puerta a puerta, las razones que explican el abandono escolar: drogas, vergüenza por un embarazo precoz, necesidad de generar recursos, responsabilidades de cuidado familiar… El diagnóstico es claro.
El tema del reingreso o la revinculación ha pasado a ser una prioridad país. La señal que vimos este lunes en las palabras del presidente Gabriel Boric, que estuvo flanqueado por los 23 expertos que integran el llamado “Plan de Reactivación Educativa”, es clara. En su discurso aludió de alguna manera a lo que el director social nacional del Hogar de Cristo, Paulo Egenau, llama “lucidez transitoria”, que no siempre involucra un real sentido de urgencia.
El mandatario dijo que en tres meses los expertos emitirán un plan. Señaló que en el intertanto no se dejará de actuar en la recuperación de la trayectoria educativa de los excluidos del sistema. Yo lamento decir que las clases se inician en marzo, por lo tanto, ya estamos atrasados.
Junto con esta importante búsqueda, sería relevante avanzar en el diseño de aulas de reingreso para estar preparados cuando los encontremos. Nosotros hemos implementado cinco de estas aulas en sendos servicios locales de educación (SLEP), que van en el camino correcto y están preparados para recibir a los que decidan volver. Repliquemos esa experiencia en otros SLEP. Colmemos de realidad las palabras del presidente y de su ministro de Educación.
LOS OTROS DOS ANUNCIOS
Boric detalló también que habrá foco en cien comunas, donde ha habido problemas de convivencia escolar y episodios de violencia. Habló de la salud mental, tan deteriorada en pandemia. Todo es urgente y necesario. La institucionalidad interministerial es fundamental en esta etapa. Necesitamos actuar organizada y sistemáticamente para devolver salud, bienestar y esperanza a nuestros niños, niñas y jóvenes, sobre todo a estos últimos.
Y la tercera iniciativa para empezar ahora a hacer algo fue una “cruzada nacional” por acortar las brechas que dejó el COVID en materia de aprendizaje con la participación de 20 mil tutores que apoyarán a 80 mil niños y niñas de entre segundo y cuarto básico que quedaron rezagados en materia de lectura y escritura. No olvidemos que el rol de la escuela es conseguir espacios colmados de curiosidad y motivación por aprender. Como planteó Francisca Elgueta, ganadora del Global Teacher Prize 2022, docente de fundación Súmate, debemos dar la pelea contra la desidia y devolver esperanza.
Un punto que el presidente no mencionó y en el que podemos avanzar ahora, mientras los expertos acuerdan acciones y que sería un gran paso, lleno de realidad es que se aprobara en el Senado el proyecto de ley de financiamiento de una modalidad educativa de reingreso, con todos los ajustes que se requiera para que sea un aporte a las medidas que vendrán.
Esa sería una señal concreta para los 227 mil niños, niñas y jóvenes que hoy no ven en la educación un camino de promoción y mejora social y, por eso, abandonan. Esa sí que sería una señal potente, porque permitiría “poner los recursos donde se ponen las palabras”, tal como dijo el presidente este lunes tórrido de enero.