Aquí nos ayudamos, nos reímos de la vida y de lo que nos tocó,
Usuarios del Centro Abierto para Adultos con Discapacidad Mental de Quinta Normal
En Chile, el presupuesto de salud mental no supera el 2,3 por ciento del total destinado a salud pública y, de acuerdo a la OMS, deberíamos al menos destinar el 5%. Esto para financiar servicios de prevención, promoción y tratamiento, que mejoren la calidad de vida de las personas con discapacidad mental, principalmente de aquellas que se encuentra en situación de pobreza, ya que ellos y sus familias sufren una doble exclusión.
No existe un indicador formal que mida la discapacidad mental en nuestro país, situación que contribuye a invisibilizar y dificultar diagnósticos adecuados para el diseño de las políticas públicas.
El estudio caracterizó a la población a partir del último Estudio Nacional de la Discapacidad (ENDISC II), y de la versión 2017 de la Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional (CASEN):
Casi dos millones de personas (1.955.156) tiene condiciones permanentes o de larga duración con discapacidad mental.
390.938 están asociadas a alguna dificultad psiquiátrica, mental o intelectual
155.786 presentan simultáneamente discapacidad.
47% de las 155.786 personas con discapacidad mental, son hombres
56,3% son mujeres
35,4% de las personas con discapacidad mental no sabe leer ni escribir
La escolaridad promedio de las personas con discapacidad mental alcanza los 5,5 años, versus los 11,2 años para las personas sin situación de discapacidad.
Solo el 40,4% de los niños y niñas con discapacidad mental asiste a educación básica regular, con el 45,9% cursando educación diferencial.
Hogar de Cristo, a través de tres programas -residencial, ambulatorio y domiciliario-, entrega apoyo social a personas adultas en situación de pobreza y exclusión social con discapacidad mental (psíquica y/o intelectual) y sus familias, para favorecer el ejercicio de sus derechos fundamentales. Promovemos la mantención y desarrollo de sus capacidades, la vinculación con su comunidad y el desarrollo de su mayor autonomía posible, a través de un sistema integrado de apoyos y servicios sociales de calidad. En modalidad residencial, contamos con: Centros de Acogida Residencial; Residencias Protegidas, Hogares Protegidos y Hogares de Tránsito para Personas en Situación de Calle En modalidad ambulatorio, tenemos Centros Ambulatorios Especializados y el programa Salud Mental Calle. Y en materia domiciliaria están los Programa de Apoyo Familiar Domiciliario (PAFAM) y los de Apoyo a la Vida Independiente.
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