Pablina Pereira
Manipuladora de alimentos
“La Pauli”, conocida así por los participantes, compañeros, voluntarios y estudiantes, es la matriarca de su familia, una mujer que tuvo sus inicios en la Fundación a través del voluntariado que hacia con personas en situación de calle. De ahí pasó a hacerse cargo de liderar la cocina, algo no menos importante en un programa donde la principal atención debe ser de la acogida y el cariño con los que recibe a los muchachos en lo que algunos días es su única comida en el día. Es una mujer que no le ha tocado fácil, que ha perdido a familiares durante el último tiempo y atraviesa el dolor de tener una hija con cáncer.
Ella afirma que venir a la Hospedería de Temuco le devuelve la vida, la llena de energía para seguir adelante y que sus chiquillos son el motor que la impulsa a todos los días tener una sonrisa, no tan solo de resiliencia, sino del amor por todo lo que la rodea. Gracias, Pauli, por siempre abrazarnos, acompañarnos y brindar un vamos que se puede cuando nos ves decaer. Un mujer bacana, sin duda.